¿Por qué ir a China?

La República Popular de la China es un país increíblemente fascinante. No sólo por su tamaño y naturaleza sino por su cultura, historia (3000 años de historia documentada) y gentes. Viajar por China es una oportunidad única para romper todos esos prejuicios que normalmente tenemos sobre este país que siempre ha tenido un papel clave en la historia de la humanidad y que, parece, va a seguir teniendo por muchos años.

China ofrece al viajante ciudades enormes e interesantes como Pekín, Shanghái o Hong Kong, así como lugares de un gran valor histórico como la Gran Muralla, el Buda de Leshan o los Guerreros de Xi’an, pasando por entornos en los que disfrutar de la naturaleza como en la provincia de Yunnan (al sur) o alrededor del Río Li, en Yangshuo.

Pekín o Beijing se ha convertido en una mezcla de modernidad y tradición china. Allí encontraréis abundantes rascacielos junto con algunos de los símbolos de la más pura tradición e historia del país como la Ciudad Prohibida o el Templo del Cielo. Otros sitios a visitar son la plaza de Tiananmen o el Mausoleo de Ma.

Otra ciudad muy moderna hecha a base de rascacielos. El espectáculo gratuito de The symphony of lights en el que veréis todos los rascacielos de la ciudad iluminándose y cambiando de colores mientras potentes láseres dan vueltas por el cielo y todo acompañado de música es único. Alrededores de la ciudad hay playas y montañas que merecen una visita. El Museo de Historia de la ciudad es uno de los mejores del mundo.

Xi’an es una de las ciudades más antiguas de China. Se calcula que tiene más de 3000 años y fue la capital del país durante más de 1000. También fue una importante parada de la Ruta de la Seda, cosa que trajo muchas riquezas a la ciudad. Hoy en día se ha convertido en una grande metrópolis en la que podréis impregnaros de la china más tradicional. También posee un barrio musulmán muy interesante y allí están los Guerreros de Xi’an, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, son un ejército de más de 8.000 figuras hechas de terracota a tamaño real que datan del 210 a.C.

A unas horas en autobús de la ciudad de Chengdu está Leshan con su impresionante Gran Buda de 71 metros de altura tallado en un acantilado al lado de un río. La construcción del Buda empezó en el año 713 D.C. y terminó en el 803 D.C. Así que el Buda tiene 1300 años. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1996.

En China se acostumbra a viajar en tren. Si queréis descubrir bien el país no tendréis otra que meteros horas y horas en los trenes chinos, que no están nada mal. Para que os hagáis una idea de los precios un tiquete de tren de Guilin a Shangai, de 24 horas y 1600 km, cuesta 339 Yuan (39€), mientras que otro de Xi’an a Chengdu, unas 12 horas y 800 km, 201 Yuan (21€).

El alojamiento en China puede ser barato en hostales de mochileros, sobre todo en dormitorios, que están limpios y suelen tener muebles nuevos. Hostales hay en casi todas las ciudades turísticas, pero no en toda China así que a veces deberéis ir a hoteles más caros. A continuación os dejo algunos de los hostales que más me gustaron y sus precios para que os hagáis una idea. Si os apetece, también podéis reservarlos desde aquí.